miércoles, 31 de diciembre de 2008

M.A.R. - DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Declaración de principios del "MOVIMIENTO ACCIÓN RESTAURADORA" - M.A.R - De la NACIÓN ARGENTINA.

El Movimiento: Acción Restauradora, declara que los principios sobre los que basará su accionar político son:

1- El poder viene de Dios, a través del pueblo elector. Quien llegue al poder (sea cual fuere el cargo que ocupe en cualquiera de los tres poderes), no es el dueño del poder sino Dios. Al poder lo recibirá para servir a Dios mediante el servicio a la patria ; el servicio a la patria será mediante el servicio al pueblo que gobernará.
¿Como servirá a Dios?: no apartándose de la Ley Natural, de la Ley Moral y de las Sagradas Escrituras durante el ejercicio de su mandato para servir a la patria y al pueblo argentino.
¿Como servirá a la patria?: haciendo todo lo posible para engrandecerla, fortalecerla y honrarla, con honestidad en todos los actos de gobierno.
¿Como servirá al pueblo (ciudadanos y habitantes)?: procurando su educación y formación, su salud, su dignidad, su bienestar, su seguridad social integral, su felicidad, su prosperidad y elevándolo de nivel. Obrando siempre con justicia.
Los honores que recibirá, quien llegue al poder, serán porque él, deberá ser el mayor servidor de todos.
2 - La patria argentina será: libre, soberana, humanitaria, solidaria y socialmente justa, donde todos los ciudadanos y habitantes sean personas libres e iguales en cuanto a dignidad humana y a posibilidades.
3 - El término restaurar no lleva en sí reminiscencias ni metodologías del pasado histórico.
4 - El Movimiento abarcará inicialmente a nuestro Distrito Electoral, posteriormente a por lo menos cinco, extendiéndose luego al resto de los Distritos Electorales.
5 - Todo el accionar político, en todas las áreas de gobierno, estará orientado hacia el bien común; al engrandecimiento, consolidación y perfeccionamiento de la patria, integralmente.
6 - Respetar y hacer respetar el sistema republicano, representativo y federal; respetando y haciendo respetar la Constitución Nacional (y Provincial) y al sistema democrático como forma de gobierno.
7 - La acción política, estará libre de "ataduras" con respecto a otras corrientes políticas internas o externas pero sí estará "atada" a: los intereses y bienestar del pueblo argentino (desde los Municipios, Provincias y Nación), al bien común, a los intereses y objetivos de la patria y de sus instituciones básicas, fundamentales y vertebrales.
8 - El Movimiento Acción Restauradora no es de derecha, de centro o de izquierda sino que es un movimiento nacional argentino, encuadrado únicamente en los intereses nacionales. Por eso rechaza todo tipo de: extremismo, terrorismo, racismo, desorden social, fundamentalismo, sabotaje, revanchismo, venganza, injusticia, corrupción (en todas sus formas), cuestiones antiinstitucionales y contraconstitucionales. Por lo tanto accionará siempre en y con justicia de acuerdo con los ordenes y Leyes Natural y Moral, según la Constitución Nacional (Provincial) actuando siempre con amplitud, para aceptar (y/o contener) en sí, a otras corrientes políticas y/o a sus integrantes que de buena voluntad quieran sumarse (sin perder su identidad partidaria) al proyecto de país que propone. Consideramos que el adversario político no es un enemigo sino un hermano en la patria que piensa diferente y en ese pensar diferente se puede encontrar la ayuda para hallar soluciones.
Y con ese mismo criterio, si bien en su origen el Movimiento está integrado por ciudadanos de Religión Católica Apostólica y Romana, está abierto a todas las religiones y creyentes de buena voluntad que deseen sumarse y colaborar con este proyecto nacional. Consideramos que todos somos hermanos en la patria y como hijos de Dios.
9 - La política económica será honesta, transparente y estará orientada integralmente hacia el bien común y se aplicará con justicia social.
10 - Defender la vida desde el momento mismo de la concepción del ser humano en el vientre materno y hasta el momento de su muerte natural. Se rechazará el aborto y la eutanasia por considerar que son ambos un terrible genocidio.
11 - Rechazar toda forma de "contranatura" pública en las interrelaciones humanas; el narcotráfico y la drogadicción, la corrupción (en todas sus formas) y la esterilización (o castración) de seres humanos, etc.
12 - Se declara respetuoso de los Derechos Humanos a los que adhiere y aplicará con coherencia en y con justicia Natural y Moral. Los derechos humanos ejercidos sin justicia se desvirtúan. Por eso hay que tener en cuenta: los derechos de uno, los derechos del otro (de los otros), de las instituciones, de la patria y los derechos de Dios y los derechos son una consecuencia de los deberes para con uno, para con el otro (los otros), para con las instituciones, la patria y para con Dios.
13 - Buscar la honorabilidad y prestigio de la actividad política y de la función pública creando para ello Escuelas de Política (no partidarias) a niveles Municipal, Provincial y Nacional, donde se forme a los candidatos de todas las corrientes políticas en los Objetivos Nacionales y en las acciones para lograrlos, consolidarlos, perfeccionarlos e incrementarlos como así también formarlos en la administración y gobierno de la cosa pública. De manera tal que la idoneidad para dedicarse a la política y ocupar cargos en la función pública sea avalada por haber cursado en dichas escuelas.
14 - Búsqueda, logro, desarrollo, perfeccionamiento, consolidación e incremento de un (Municipio, Provincia) país:
A - Pacífico, pero nunca pacifista, no expansionista, no conquistador de territorios ajenos, pero que haga respetar su soberanía, libertad, integridad territorial y de todo lo que es suyo y de sus ciudadanos y habitantes. Dispuesto a solucionar cuanto antes los problemas limítrofes que aún perduran y recuperar la soberanía sobre las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur.
Apelando inicialmente a la vía pacífica del diálogo, acuerdo, entendimiento, pacto, de la diplomacia, de la comprensión internacional, de la mediación y del arbitraje en aquellos casos que sea viable.
B - Serio y en serio, confiable, sólido y sin "vaivenes pendulares" en sus relaciones con las demás potencias. Que gane el respeto de la comunidad internacional. Con Relaciones Exteriores coherentes, serias y firmes, desarrolladas y llevadas a cabo por y con recursos humanos de carrera.
C - Con orden y seguridad social interna integral; con justicia y juridicidad, internas y externas.
D - Con reconciliación y pacificación reales, definitivas e integrales de todos sus ciudadanos, habitantes e instituciones. Con la determinación de "Nunca más los argentinos contra los argentinos", "nunca más el ataque contra las instituciones vertebrales de la patria", "nunca más hacer política con el pasado".
E - Donde se respeten los derechos del otro, según lo escrito en el punto número 12 de la presente Declaración de Principios
F - Con equidad.
G - Con real y efectiva independencia de los tres poderes del estado.
H - Con libertad y soberanía, con justicia social para todos y recuperación de las conquistas sociales.
I - Respetuoso de la verdad sobre los hechos históricos, juzgándolos con justicia.
J - Que respete y haga respetar a las Instituciones básicas, vertebrales y fundamentales de la patria.
K - Que promueva e incentive el crecimiento, desarrollo, perfeccionamiento e incremento integral de la patria (Municipios, Provincias y Nación) en todas sus áreas, instituciones y del pueblo en general.
L - Que priorice la educación y cultura, la salud, el bienestar social, la seguridad social de su gente, el desarrollo, la producción, el trabajo, la Investigación Técnica y Científica, la Justicia y la Defensa Nacional.
Ll - Que sea solidario y humanitario internamente y con los países de la región, de América y del mundo.
M - Donde nuestros políticos comprendan que nuestro lugar como Nación está en el Sur de Sudamérica, en América del Sur, en Hispanoamérica, en Latinoamérica, en América, en Occidente y recién después en el resto del mundo. Y en ese orden deberán ser las alianzas, tratados, pactos, acuerdos, intercambios, comercio, ayudas, etc.
N - Que promueva e incentive el amor a la patria y su defensa y el respeto a sus instituciones.
15 - Restaurar integralmente a la patria y luego de ello buscar y lograr su consolidación, desarrollo, perfeccionamiento e incremento. Buscando el abordaje al Objetivo Final que perseguimos mediante el logro de los objetivos mayores y objetivos coadyuvantes, que lleven a ese objetivo final. De tal forma que sirvan de base al accionar político de todas las fuerzas políticas nacionales, sea cual fuere la que arribe al poder después de cada acto electoral. En este sentido se establecerán interrelaciones con todas las corrientes políticas e instituciones para lograr que haya continuidad en la política nacional (municipal, provincial) de tal manera que la gran política nacional no finalice al terminar cada mandato sino que se continúe según cada fuerza política lo crea mejor y más prudente desde su concepción ideológica o filosofía política. Trabajar por la patria, no es trabajo de algunos, sino de todos.
16 - Reconocer, que los orígenes y raíces de nuestra patria son las etnias originarias (aborígenes) que habitaban nuestro suelo en la época de la colonización, los españoles colonizadores y la Iglesia Católica Apostólica y Romana que para nosotros son fundacionales de nuestra patria, luego la corriente africana y posteriormente las otras etnias inmigratorias que vinieron a sumarse y a trabajar en este suelo.
17 - Reconocer a la Religión Católica Apostólica y Romana como la Religión oficial de la Argentina por ser la primera en llegar a estas tierras y por considerarla fundacional de nuestra patria.
18 - Considera como principios la búsqueda y logro del Objetivo Final, los Objetivos Mayores y los Objetivos Coadyuvantes, que son:
A - OBJETIVO FINAL:
"Argentina Potencia Mundial (Integral)".
B - OBJETIVOS MAYORES:
-Argentina Potencia Militar.
-Argentina Potencia Industrial.
-Argentina Potencia Agrícola-Ganadera.
-Argentina Potencia en Salud.
-Argentina Potencia en Deportes.
-Argentina Potencia Económica.
-Argentina Potencia en Educación y Cultura.
C - OBJETIVOS COADYUVANTES.
-Relaciones Exteriores.
-Bienestar Social y Justicia Social.
-Desarrollo y Producción.
-Trabajo.
-Justicia, Juridicidad y Ética.
-Defensa de la Vida, Desarrollo Demográfico y defensa de la Familia.
-Seguridad Social, Paz Interior y Reconciliación de todos los Argentinos.


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Encuesta sobre Federico Pinedo


Escribe Cosme Beccar Varela

Una de las varias y robustas ventajas que tienen los "enchufados" de la "dirigencia" sobre los viles mortales es que tienen un "secretariado" (pagado por nosotros) que les sirve y asiste, y que tienen poder para precaverse de las molestias que abruman al común de la gente. ¡Y por Dios que son cada día mayores las que padecemos en esta ciudad de Buenos Aires mal gobernada!

Federico Pinedo es uno de esos. Hace rato que está "enchufado". No me acuerdo cómo empezó a ubicarse en el tablero, pero lo cierto es que ahora, haciendo "surf" sobre la ola de Macri (acerca de cuyo engaño al electorado ya he escrito en el número 888 de este periódico bajo el título de "Macri está loco") llegó a ser diputado y jefe de la bancada del "pro".

Pinedo pertenece a la clase culta tradicional argentina, o sea, no se supone que esté mezclado con la "dirigencia" encabezada por el peronismo, del cual su socio Macri es una excrescencia. Precisamente por eso, su presencia en el amorfo conglomerado político de Macri contribuye a engañar al electorado que podría ponerse nervioso viendo a un personaje como el peronista Miguel Angel Toma formando parte de la asociación.

Pinedo representa su papel a la perfección. En su cara no se refleja jamás alguna emoción. Siempre impávido, inexpresivo, de tonalidad menor, es la imagen de una moderación despectiva. Nada lo emociona, nada lo sorprende, está listo para todas las maniobras y todas las contorsiones que la política le exija o que él considere necesarias para promover la carrera del más importante de los hombres que, en su modesta opinión, es él mismo.

Dicen que la cara es el fiel reflejo del alma. La cara de Pinedo refleja un alma sin idealismo, calculadora, incapaz de entusiasmos y sin el menor celo por la Justicia. Me hace acordar a una frase que dijo Napoleón de su ministro de relaciones exteriores, el obispo apóstata Talleyrand: "Es tan frío y su impavidez es tal, que si uno le diera una patada por detrás, su rostro no revelaría la menor reacción". Talleyrand llegó muy alto en la política, precisamente por esa impavidez que le permitía hacer cualquier cosa.

No me hubiera ocupado de Pinedo si no fuera porque las arbitrariedades de Macri ya pasan todas las rayas y porque la desequilibrada Sra. Carrió lo acaba de presentar como un posible aliado de su aterradora candidatura presidencial.

Dijo la Sra. Carrió que no descarta una alianza con el "pro" porque tiene gente "rescatable" como la Sra. Michetti y Federico Pinedo ("La Nación", 28/12/2008).

Hay elogios que son lápidas. Ser elogiado por la izquierdista, esotérica y deschavada Sra. Carrió es peor que una crítica de ella misma. Dicen los latinos: "Simil similia gaudiunt" ("los que son semejantes se regocijan de estar juntos"). Ser semejante a un tal esperpento político como la Sra. Carrió es un desprestigio para cualquier persona sensata.

* * *

La primera razón indicada que me lleva a enfocar la figura de Pinedo es que siendo un "figurón" que el macrismo necesita, no dudo que ha de ser influyente en la Intendencia. Si es influyente, le cabe una responsabilidad no despreciable en el disparatado gobierno macrista, dedicado desde hace una año a esquilmar a los porteños, a la destrucción de Buenos Aires y a hacerle la vida imposible a sus habitantes y visitas.

Es sabido que Macri ha destrozado varias calles, muchas de las cuales son céntricas, y con eso ha logrado que transitar por ella sea casi una misión imposible. Para peor, las obras tardan indefinidamente, sin que se vea diligencia alguna en su realización ni cuando terminará esta pesadilla. Más bien parece que tardan a propósito.

Por ejemplo, en el auge del absurdo debe anotarse la anulación de la calle Reconquista y su conversión en una vía peatonal sin que se sepa cual es la razón de tan disparatada idea. Tampoco se sabe si consultó a la gente afectada, si licitó esas obras o las adjudicó "a dedo", ni por qué incurrió en ese gasto millonario cuando los hospitales y las escuelas están casi abandonados a su suerte. En las seis malhadadas cuadras de esa importante calle aniquiladas en una semana, sólo se ven escasos obreros que realizan tareas indefinidas y en cinco meses sólo han reconstruido tres.

Además, se le ha ocurrido cambiar las veredas de otras calles importantes y a causa de ello prohíbe el tráfico. (Recomiendo leer el informe de un lector que sabe lo que dice acerca de la desastrosa gestión de Macri en Boca y ahora en la Intendencia, sección "Cartas de Lectores", nro. 2486 del 17 de Diciembre del 2008). Los piqueteros han encontrado en Macri un émulo imbatible.

Esta locura urbana, paralela al desquicio que ha provocado el kirchnerismo en la Nación, hace que la gente se esté acostumbrando a las arbitrariedades del poder, tanto a las de Kirchner en el gobierno nacional como a las de Macri en el municipal. Nadie les pide cuentas, nadie se indigna, todos se resignan. He notado que los argentinos van adoptando cada vez más la psicología de perros apaleados. Cuando ven levantar la mano del dueño, se encogen aterrados, sin atinar a nada.

Parecerá que esto es poca cosa para emprenderla contra Pinedo, pero es mucho. No acepto ser un "convidado de piedra" en mi propio país y en mi propia ciudad. Pinedo puede y debe usar su influencia para detener esta locura o renunciar para no quedar asociado a las arbitrariedades.

* * *

Además de esa responsabilidad indirecta pero real, está el elogio de la Sra. Carrió. Esta mujer, mimada de la prensa, es jefa de abortistas, enemiga de los militares a cuya destrucción contribuye con entusiasmo, izquierdista, desequilibrada y macaneadora. Ella intenta que Pinedo le preste el mismo servicio que le prestan Prat Gay y Olivera, o sea, "dorar" su "historia clínica" y sus tendencias políticas. Es posible que Pinedo se preste a ese juego, por eso considero necesario demostrar que no es mejor que la Sra. Carrió, que su impasividad frente a la tiranía linda con la complicidad y que en cuestiones de moral pública y de justicia de gran repercusión nacional, votó junto con la izquierda.

Lo único que puedo decir, por ahora, es que Pinedo votó el 16/8/2006 a favor de la ley de "educación sexual" obligatoria, una ley corruptora de la niñez y de la juventud que, para colmo, no les permite a los padres oponerse por razones de conciencia a las insinuaciones inmorales que implica esa "educación".

Y en Abril del 2008 no asistió a la sesión de la Cámara en la que se votó el inconstitucional rechazo del diploma de Patti promovido por el legislador y ex-guerrillero Bonasso, pero hizo saber por los diarios que estaba de acuerdo con el desafuero. O sea, fue lo mismo que si hubiera votado con Bonasso, pero con una nota de simulación que él supondría le permitiría "jugar a dos puntas".

A pesar de que con esos dos casos me basta, ruego a los lectores que me manden datos de otros votos o actitudes u omisiones que él haya protagonizado en una línea contraria a la moral pública cristiana o a favor de la izquierda o de apoyo a la tiranía kirchnerista. No quiero saber nada de su vida privada, que supongo correcta, sino de su vida pública. Como les dije no tengo "secretariado" que me busque esos antecedentes. Tal vez Ud., estimado lector, pueda colaborar en esta obra de bien que es desenmascarar al diputado Pinedo.

Y a él le pido que se acuerde de aquel famoso lema francés: "noblesse oblige". Le ruego que influya para detener la locura macristo-peronista, combata seriamente a la tiranía y si no consigue hacerlo, que renuncie.

Cosme Beccar Varela

NOTA: Les deseo a todos los lectores de "La botella al mar" un feliz año nuevo, que la Santísima Virgen los proteja de todo mal y les conceda la gracia de pensar con claridad y de actuar con generosidad y valentía. CBV

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sábado, 27 de diciembre de 2008

Día de los Santos Inocentes

Tanto al tirano le place
hacer de su orgullo ley,
que por deshacer a un REY
un millar de reyes hace.

Por matar a un enemigo
siembra de sangre Belén,
y en Belén, casa del trigo,
no muere un REY, nacen cien.

Y así su cólera loca
no puede implantar su ley,
pues quiere matar a un REY
y corona a cuantos toca.

La furia del mal así
no puede vencer jamás,
pues, cuando me hiere a mí,
estás tú, Señor, detrás.

Estás para convertir
en corona cada muerte,
para decirnos que el fuerte
es el que sabe morir.


Amén.


«Cuando los magos hacen saber a Herodes que ha nacido el Rey, Herodes se altera y, para no perder su reino, quiere matar al recién nacido; y sin embargo, si hubiese creído en él, hubiera podido reinar tranquilo aquí en la tierra y para siempre en la otra vida... Aquellos niños, sin saberlo, mueren por Cristo»

Roguemos al Dios Niño por los Mártires Infantes que, en todos los tiempos, pagaron con su sangre la llegada del Rey.

De: El último Alcázar
Colaboración del Sr. Genaro Soto

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Otra vuelta de rosca… (Algo mas sobre la “posición militar…”)



El gobierno fabrica una ilegalidad prêt-à-porter para condenar lo que considera la ilegalidad militar, que le parece insuficientemente castigada (y este matiz no viene del Derecho, sino de la ideología).

Por Abel Posse

Sentimos que la Argentina ingresó en un clima negativo, de tensiones que no propician la buena convivencia ni aseguran la paz social. Hay un aire de violencia difuminada por las calles, desde la vergüenza de los domingos de fútbol y garrotazos hasta las bandas de matones y drogados adueñados de los barrios marginales ante la indiferencia gubernamental.

La Argentina tiene ya entre 800.000 y un millón de jóvenes calificados de 'marginales estructurales'. Son carne para todo delito o vandalismo. Están al margen de la educación, de toda autoridad familiar, carecen de trabajo y de otra perspectiva existencial que no sea el nihilismo y la anarquía.

Con planes anémicos, se elude en realidad enfrentar este enemigo colosal del futuro argentino y de la paz social.

Ante esta evidente violencia difusa, todavía sin conducción, el gobierno y todos los sectores políticos deberían estar alertas y actuantes. Esta crispación evidente, este vandalismo descontrolado y no debidamente reprimido puede desbordarse y sorprender a las autoridades.

Algunos nostálgicos, revolucionarios con esquemas del siglo pasado, podrían ver en esos marginales, masas de maniobra para acciones violentas. Alguien puede estar soñando con alguna convulsión nostálgico-revolucionaria que dejaría a nuestro gobierno ante los mismos dilemas y ambigüedades que vivió el famoso Kerenski, en 1917, apretado entre sus flojeras revolucionarias y su realidad de dirigente burgués.

Si hablamos sin hipocresía, debemos observar que contra los militares se hizo más justicia de la debida --y esto es injusticia--. Se los discriminó judicial y jurídicamente, alterando uno de los fundamentos básicos del derecho (argentino y mundial): la no retroactividad de la ley, especialmente la penal.

Se anularon indultos con irritante parcialidad, al punto que asesinatos y estragos masivos causados por los insurrectos aparecen como actos no condenables, aunque hayan dejado un tendal de víctimas inocentes: empresarios, policías, militares y conscriptos. También se fabricó una visión casera de los delitos de lesa humanidad (¡excluyendo al terrorismo!).

Ametrallar a conscriptos indefensos bañándose, como pasó en el ataque terrorista al regimiento de Formosa, es monstruoso y de lesa humanidad, sea que los asesinos hayan vestido uniforme o lo hayan hecho con boinas guevaristas como las que usaba Gorriarán Merlo.

Se negó a los oficiales toda exculpación por el juramento de obediencia y verticalidad ante sus mandos, principio básico de todas las fuerzas armadas del mundo, sin el cual sería imposible actuar y comandar en guerra. (¡Ojalá no le toque al presidente una policía o un ejército que algún día le diga: ¡'Voy a ver si tiro, déjemelo pensar!).

De modo que después de los juicios a las juntas militares y de tantas condenas. los que ejercieron la violencia por orden del Estado carecen de toda esperanza legal.

Los violentos del otro sector, con sus miles de atentados, reciben un trato inaceptable en sociedades civilizadas.

El gobierno fabrica una ilegalidad prêt-à-porter para condenar lo que considera la ilegalidad militar, que le parece insuficientemente castigada (y este matiz no viene del Derecho, sino de la ideología).

Esto hace que se desmorone el edificio legal desde sus bases romanas y germánicas e instaura un inédito caos, al afectar el rigor de la razón jurídica.

Desde ahora, la ley a medida de la voluntad política dominante será una anomalía que podría extenderse más allá del tema de los años '70.

Esta es la base de una ilegalidad que pagaremos muy caro.

Afectará a nuestra economía, a las inversiones, a las libertades productivas y creativas. Y será un grave ataque a la Constitución: se abriría la puerta a un autocratismo seudodemocrático.

Vivimos en un país desopilante, pese a las enfáticas declaraciones del presidente de que volvemos a ser un país serio.

El gobierno constitucional, en 1975, ordenó a las FF.AA. aniquilar (sic) a la guerrilla, con la aprobación y la firma de sus máximos dirigentes, que pertenecían al mismo partido que hoy, treinta años después, apaña al residuo de subversivos, los destaca casi como personalidades morales, los acoge en el gobierno y hasta les paga una abundante indemnización por las molestias causadas...

A la vez, se busca mantener ilegítimamente encarcelados a los militares que cumplieron el mandato del gobierno peronista, logrando el cometido de desarticular --aniquilar (sic)-- la guerrilla en apenas diez meses, cuando a comienzos de 1977 la dirigencia subversiva se estableció en el exterior, con admirable prudencia estratégica.

Nadie se volvió contra los que ordenaron esa aniquilación de la impopular guerrilla cumpliendo con la defensa del Estado agredido y adecuándose a lo escrito por Perón en ocasión del ataque al regimiento de Azul en 1974: a los terroristas hay que eliminarlos uno a uno, por el bien de la República.

Los oficiales y hasta los soldados son procesados y reprocesados en un ejercicio de venganza disfrazada de justicia.

Pero los comandantes políticos que dieron al Ejército la orden de aniquilar ni siquiera son contemplados.

O todos o ninguno...

¿Cuántas renuncias de afiliación se produjeron en el peronismo de 1975 por ese decreto de aniquilación?

¿Cómo puede hablarse de justicia sin la mínima coherencia?

Nada indigna más que las asimetrías. Sin coherencia ni rigurosa igualdad no hay ley, pero tampoco hay paz. El gobierno se pone en una situación ilegítima. Se ubica fuera del orden jurídico constitucional, por más que reciba dóciles apoyos parlamentarios. A la violencia e inseguridad cotidiana se suma la división que nos causa el viaje de justicia-venganza hacia el pasado.

La violencia de los muertos acecha la paz de los vivos.

Una generación desgraciada y sepultada invade nuestro hoy y aquí. Empezamos a sentir el peligro de trasvasar el resentimiento de la generación pasada a la actual..

En la Argentina no se entiende la discreción ante el juicio del pasado que tuvieron países que sufrieron grandes hecatombes, con millones de víctimas.

Son los casos de Rusia, Francia, Alemania, España, China, Italia, Japón...

Se actuó con una justicia simbólica.

En esos pueblos con experiencia de desdichas ancestrales saben que es necesario impedir que las generaciones nuevas se infecten con los odios de un pasado inexorable.

Permitirlo --o provocarlo, como en nuestro caso-- equivale a fabricar y establecer un odio virtual, abstracto. Que en el plano histórico-político los vivos quieran vengar a sus muertos por medio de la justicia sería perverso e inútil. Equivaldría a agregar odio al odio y dolor al dolor.

En Nüremberg fueron condenadas 38 personas.

Por lo de Hiroshima, ninguna...

Así se explican la conducta de los españoles después de la muerte de Franco y la de Adenauer en 1947 para superar el peso atroz del nazismo con una convocatoria para la reconstrucción de la demolida nación de todos.

De Gaulle suspendió venganzas contra los colaboracionistas y condonó la sentencia a muerte de Pétain, el aliado del nazismo ocupante.

Deng Xiaoping, aunque víctima él mismo y su familia de las atrocidades de la Revolución Cultural de Mao, evitó toda venganza, y hoy el retrato colosal de Mao preside la plaza de Tiananmen.

Los dirigentes de la Rusia post soviética, pese a 70 años de dictadura y al horror del Gulag, supieron respetar al glorioso ejército desde la interpretación nacional, no partidaria. Era el ejército de Stalin y Trotsky, pero era el heredero de Kutuzov, del triunfo sobre Napoleón en Borodino, de la gloriosa defensa de Moscú y Leningrado.

Ningún país repudió a su ejército por lo que le exigieron sus gobiernos.

Ni Francia por lo de Argelia,

ni Alemania por las matanzas de Rusia,

ni Rusia por las masacres de Polonia y Berlín,

ni Estados Unidos por Hiroshima.

Para bien o para mal, los ejércitos somos todos, los gobiernos somos todos.

Como afirmó Sartre, todos somos responsables de nuestra historia. 'Soy tan responsable de la guerra como si yo mismo la hubiese declarado'. Por el bando subversivo debe decirse que transformar a los guerreros que jugaron con coraje su apuesta marxista-revolucionaria en inocentes y víctimas neutras es la mayor deslealtad para con su memoria (el jefe mismo de ese bando expresó esto con indignación).

Todos los ejércitos del mundo están empeñados en su mayor eficacia, más allá de las coyunturas que hayan vivido. Estamos en un momento peligroso, casi sin otro derecho internacional que el de la fuerza. Hay proyectos para declarar patrimonio de la humanidad las reservas de agua dulce, las pesquerías, reservas energéticas y espacios vacíos.

Debemos tener fuerzas disuasivas.

El mundo está más cerca de la política decimonónica de puro poder que de los sueños de las Naciones Unidas en el siglo XX.

Nuestro camino es optimizar la defensa nacional y regional.

Brasil, Chile, Venezuela y Colombia incrementan su poder militar, mientras que la Argentina se aproxima a la indefensión y a la continua descalificación de sus Fuerzas Armadas.

Con Brasil, con el Mercosur, tenemos que asegurar un gran espacio de paz y de estrategia defensiva. Perdemos energía en la banalidad de las venganzas y en la ilusión de algunos derrotados persistentes que quisieran transformar nuestras FF.AA. en milicias ideologizadas con ideas muertas y enterradas.

Está en el gobierno evitar que se ahonde la división de los argentinos. Debe promover la reconciliación y tener la grandeza de fundamentarla en una gran amnistía nacional (que, incluso, beneficiaría a centenares de subversivos). En este momento de democracia y de restablecimiento económico tan exitoso, debemos evitar el retorno eterno de las venganzas y aunarnos programáticamente en la conquista del futuro inmediato, como hicieron esos grandes países que se han mencionado.

No se puede engañar a todos todo el tiempo.

Y agregaría a esta máxima famosa:
'No se puede humillar a nadie tanto tiempo.'

A LO QUE AGREGARIA…

***Lloremos todos juntos sin hacer mucho ruido***
(Antes que también nos quieran pegar...)


* El autor es diplomático y escritor. Este fragmento pertenece a su libro en preparación Noche de Lobos.

Fuente: La Nueva Provincia (Bahía Blanca)

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jueves, 18 de diciembre de 2008

Carta abierta a los jueces y envío a los secuestrados por la tiranía


Por Cosme Beccar Varela


Esta carta está dirigida a los jueces que tienen en sus manos la suerte de los militares y policías secuestrados por el régimen, ya sea en primera o segunda instancia, y a los ministros de la Corte Suprema que presiden todo el sistema judicial y tienen poder para hacer Justicia o cometer injusticias.

La escribo conmovido por la situación de los cientos de secuestrados en las cárceles de Kirchner. He recibido informes de la situación de los que están en Marcos Paz y en Bouwer, Córdoba. En esas cárceles, los allí encerrados son tratados con métodos de la Lubianka, la siniestra prisión de Stalin, violando, entre otras cosas, el art. 18 de la Constitución Nacional que dice: "Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice". A fortiori, ese artículo se aplica a los que no son "reos" o sea, condenados por delitos, sino simplemente acusados por el odio de sus enemigos, sin pruebas y sin legalidad alguna.

Ese juez al que se refiere el art. 18 de la Constitución, son todos Uds. pues todos Uds. tienen poder para hacer cesar esas torturas cometidas contra oficiales que son mayores de 60 años -y algunos muy mayores-, pero aunque no lo fueran eso no disminuye en nada la perversidad de las torturas a las que se los somete.

No sé cual es la situación de los que están en otras cárceles, pero sea cual sea el trato que allí se les dé lo más grave es que están privados ilícitamente de su libertad. Y eso es inadmisible.

Con el agravante de que casi todos ellos están detenidos sin sentencia, con prisión preventiva desde hace 6 o más años, sin perspectiva alguna, hasta el momento de que sean tratados equitativamente por Uds. y en las mismas cárceles que los delincuentes comunes condenados.

Eso además de ser una iniquidad, viola el art. 313 del Código Procesal Penal (pésimo Código aprobado por los partidos peronista y radical como ley 23.984 en 1991, durante el gobierno de Menem). Ese artículo empieza diciendo:

"Excepto lo previsto por el artículo siguiente (de prisión domiciliaria) los que fueren sometidos a prisión preventiva serán alojados en establecimientos diferentes a los de los penados... Se podrán procurar a sus expensas las comodidades que no afecten el régimen carcelario y la asistencia médica que necesiten...".

Según los informes que he recibido y que me merecen fe, ninguna de esas condiciones se cumple y Uds. no pueden ignorarlo. Tampoco he sabido que alguno de Uds. se haya interesado jamás en averiguarlo.

Y en cuanto a la prisión domiciliaria, que sería lo normal tratándose de gente honorable y débil que no ofrece peligro alguno, Uds. saben que ha sido abolida en todos los casos por presión del Poder Ejecutivo ocupado por individuos que fueron guerrilleros o que simpatizan con ellos, y en todos los casos, están movidos por un odio insaciable reñido con la serena imparcialidad que deben tener siempre quienes están en el gobierno. Uds. se hacen partícipes de ese odio, o porque también lo tienen o porque temen al gobierno o a la prensa que lo atiza continuamente.

Hay un agravante. Es evidente que los militares secuestrados han sido substraídos a sus jueces naturales, como lo he demostrado en el artículo nro. 831 de "La botella al mar", del 20/2/2008, al cual me remito, y que, por otra parte, si cometieron algún delito ya fueron indultados por el Poder Ejecutivo o incluidos en la amplia amnistía dictada por el Congreso Nacional mediante la llamada "ley de obediencia debida", siendo que esta exención de pena también figuraba desde hace años en el propio Código Penal (art. 34, incisos 4to. y 5to).

Uds. saben muy bien que la "anulación" de esa ley por el actual Congreso carece de toda validez y menos aún para aplicarla retroactivamente a quienes ya se habían beneficiado de la amnistía anterior.

Todas estas iniquidades son notorias para cualquier estudiante de Derecho que conozca su materia, cosa que considero sobreentendida en el caso de Uds. No pueden ignorarlas y estoy seguro de que no las ignoran. Sin embargo, Uds. siguen manteniendo esta situación perversa que pone a las infelices víctimas de esa injusticia en una especie de "tierra de nadie" a la que no llega la esperanza, a no ser la que todos debemos tener en Dios misericordioso, que es también el Dios de las venganzas.

Es posible que si Uds. leen esta "carta abierta" la desprecien como el desahogo de un argentino cualquiera sin poder para restablecer la Justicia. Con eso Uds. estarían demostrando que lo único que les interesa es satisfacer a los que tienen poder y no cumplir con el deber de hacer Justicia. De otra manera no se explica la flagrante violación de las leyes nacionales y de los Tratados Internacionales (citados en el artículo 831 al que me remití) que están cometiendo.

Pues bien, si temen al poder les recuerdo que hay un Poder que está por encima de Kirchner, de Verbitsky, de Bonasso y de los medios de comunicación, y es el poder divino. Uds. algún día morirán y el Supremo Juez les pedirá cuentas estrechas por cada injusticia cometida. Deberán reparar el daño que han causado, pero ¿cómo podrán hacerlo cuando cada minuto de prisión injusta es un daño irreparable cometido contra cientos de personas y sus familias?

La amenaza divina que pesa sobre Uds. es tremenda. Dice la Sagrada Escritura: "Potentes autem potenter tormenta patientur" ("los poderosos padecerán potentes tormentos") (Libro de la Sabiduria 6-7).

En el libro de Isaías se lee: "¿Cómo la ciudad fiel y llena de justicia se ha convertido en una ramera? Ella fue en otro tiempo alcázar de rectitud y ahora lo es de homicidios. Tu plata se ha convertido en escoria y tu vino se ha adulterado con agua. Tus magistrados son rebeldes y van a medias con los ladrones: todos ellos gustan de regalos; corren tras el interés: no hacen justicia al huérfano y no encuentra apoyo en ellos la causa de la viuda" (Isaías, 1-21,22,23)

En el libro del profeta Daniel figura la increpación que éste les dirigió a cada uno de los dos jueces que hicieron condenar a la casta Susana falsamente, increpación que vale para todos los jueces inicuos:

"Envejecido en la mala vida, ahora llevarán su merecido los pecados que has cometido hasta aquí, pronunciando injustas sentencias, oprimiendo a los inocentes y liberando a los malvados, a pesar de que el Señor ha dicho: ´No harás morir al inocente ni al justo´" (Daniel 13-53).

Los jueces inicuos son especialmente censurados en la Revelación. Es la figura bíblica más odiosa. El Juez, que por definición debe ser el paladín de la Justicia, convertido en cómplice de la injusticia es tratado por los autores inspirados con especial severidad. El Juez es una figura de Dios, el Juez Supremo, y todos los pueblos de todos los tiempos así lo han considerado. Sólo por ser así pudo serles reconocida la potestad de ordenar la muerte, la perdida de la libertad o de los bienes de una persona. Por eso, el juez inicuo es un prevaricador horrendo que la humanidad entera execra. Es casi una blasfemia burlesca contra el Justo por excelencia, que es la Justicia misma por Su esencia divina.

No intenten decir que "se cometieron muchas injusticias en el tiempo en que los militares tenían poder" porque eso lo sabemos todos. Entre otras razones lo sé porque he sido víctima de eso en la persona de mi querido amigo Christian Vargas, secuestrado por un "grupo de tareas" y torturado. Y he sufrido con mi querido y recordado amigo Enrique Holmberg el asesinato de su hermana Elena, heroica patriota, a manos de otro "grupo de tareas". A pesar de eso, no guardo ningún ímpetu de venganza contra los culpables, aunque sospeche donde podrían ser buscados. Ha pasado mucho tiempo, hay enemigos mucho peores y sé muy bien que será Dios quien castigue a esos canallas.

Pero ocurre que hay un principio que Uds. conocen muy bien y es que no se puede condenar a nadie sin probar que ese tal en particular es culpable de un crimen. Mientras eso no sea probado, se presume su inocencia. Este principio elemental de justicia Uds. lo dejan de lado con una desvergüenza atroz y recurren al inicuo sistema de no terminar nunca los procesos ni sobreseer por falta de pruebas, manteniendo a los acusados en prisión preventiva indefinidamente o dictando sentencias contra algunos que son engendros jurídicos, como en el caso del Padre von Wernich.

Todos sabemos, también, que el gobierno de Kirchner está lleno de ladrones, pero jamás se me ocurriría, si fuera Juez, condenar por robo a cualquiera de ellos simplemente por formar parte de este gobierno.

En realidad no debieron abrir nunca esos procesos porque, como dije, todos están indultados o amnistiados o excusados por el principio de la "obediencia debida" que establece el Código Penal.

Espero que esta carta tenga efecto sobre las conciencias de Uds. y que, arrepentidos de vuestras iniquidades, comiencen de inmediato, sin miedo a la tiranía ni a la prensa que la sirve, a reparar el inmenso daño causado, liberando a los prisioneros del odio.

Si así no lo hicieren, tengan la certeza absoluta de que Dios y la Patria les pedirán cuentas. Si tuviera la desgracia de ser uno de Uds. temería más el juicio de Dios que el de la Patria, porque Él es quien puede mandar las almas de Uds., que son inmortales, al eterno fuego del infierno.

Con alguna esperanza en algunos de Uds. les saludo con la debida consideración

Cosme Beccar Varela


ENVÍO A LOS MILITARES Y POLICÍAS SECUESTRADOS.


18/12/2008

Queridos compatriotas:

Quisiera poder hacerles llegar a cada uno de Uds. copia de la "carta abierta" dirigida a los Jueces que son responsables de la inicua detención de Uds. que he publicado hoy en "La botella al mar". No podré hacerlo, pero al darle publicidad también a este envío confío en que vuestros parientes y amigos suplirán mi incapacidad.

Creo que apelar a la conciencia de esos Jueces, recordándoles el castigo eterno que les espera infaliblemente si no los liberan de inmediato, es el único recurso que nos queda. Los procedimientos judiciales, la invocación de las leyes, los mejores argumentos jurídicos son inútiles si se estrellan contra la conciencia encallecida de jueces inicuos decididos a perderlos sin razón.

Se acerca la Navidad y me duele en el alma pensar que la pasarán en las prisiones de la tiranía. Sólo se me ocurre proponerles que sublimen ese sufrimiento espantoso ofreciéndolo por una doble intención:

1) En reparación de sus pecados, que todos los tenemos y debemos hacer penitencia de ellos.

2) Para impetrar a Dios Todopoderoso, que en consideración a esos sufrimientos y por Su infinita misericordia, destruya esta tiranía, deponga a los tiranos y restablezca la plena vigencia de la Justicia en nuestra Patria. Poniendo esa intención de súplica dirigida a Quién todo lo puede, Uds. seguirán siendo combatientes, y de los más efectivos, en esta lucha por la Patria en la que todos estamos empeñados.

No creo que debamos pedir, como algunos equivocadamente lo hacen, que si se los "juzga" a Uds. se juzgue también a los guerrilleros y terroristas que Uds. combatieron. Eso es un disparate. Estos jueces inicuos, si llegaran a juzgarlos, siendo como son sus aparceros, los sobreseerían sin tardanza y continuarán su odiosa persecución contra Uds.

Lo que sí debemos pedir y clamar al cielo para obtenerlo, es que todos esos terroristas sean desalojados del poder y se instaure una verdadera Autoridad nacional justa y conforme a las normas de la Constitución Nacional de 1853 (no la del 94 que es un engendro nulo del Pacto de Olivos). Esa Autoridad es la única que puede devolver la paz y el bienestar al pueblo argentino.

Les deseo una Feliz Navidad, aunque sea en el sufrimiento penitencial, impetratorio y militante.

Cosme Beccar Varela

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Contáctenos politicaydesarrollo@gmail.com

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miércoles, 10 de diciembre de 2008

Tiempo de Adviento, tiempo de reflexión preparando la Navidad


Se acerca la Navidad, estamos esperando el nacimiento del Niño Salvador, del Dios que pone su tienda entre nosotros.
En nuestra Patria. ¿Qué hicimos para allanar los caminos del Señor que viene?


Por Héctor Petricic – Movimiento Acción Restauradora

Estimados compatriotas:

Se acerca la Navidad y nos preguntamos: ¿Qué hicimos por nuestra patria?, ¿qué hicimos por nuestra gente, en especial por nuestros jóvenes y nuestros ancianos?
Tristes y graves son las respuestas. A nuestro pueblo en general y a nuestros ancianos les cercenamos cosas de su propiedad.

A nuestros jóvenes les negamos o bien les quitamos la valorización debida de los valores trascendentales.

¿En que nos convertimos nosotros?: En pusilánimes que permitimos el aborto, el sexo libre, la corrupción, la pornografía pública, la libre drogadicción, la falta de una adecuada educación y la perversión de la antinaturaleza humana.

El problema de nuestra patria es la falta de moral, digamos que más que inmorales estamos cayendo en la amoralidad.

Llamamos a todos los argentinos a la conversión y al encuentro con Nuestro Señor y al regreso hacia Él en esta Navidad.

Nos estamos convirtiendo en estatuas de sal por mirar al pasado, por mirar hacia atrás.

Nos estamos convirtiendo en bestias que matan a sus hijos y peor, por matar a los nonatos. En esta Navidad se escuchará en la conciencia de cada uno de los involucrados, el clamor de los que pudiendo nacer no nacieron por que no los dejaron.

Y se escuchará el clamor de la naturaleza humana, también en la conciencia de cada involucrado, por pregonar como natural y normal lo que no es natural ni normal.

Exhortamos a la Conversión, a volver a la Palabra del Padre que está en los Cielos y a la Palabra de Jesús.

No permitamos que nuestra sociedad y nuestra patria vayan camino a la desaparición, a la destrucción.

Todos somos culpables.

En Nuestro Señor, María Reina y la patria, un abrazo.

Asamblea de Fundación y Constitución
Movimiento Acción Restauradora.


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jueves, 20 de noviembre de 2008

Apreciación latinoamericana


Chávez:

Pretende su hegemonía personal en Latinoamérica, luego en América y ¿porque no en el mundo?

Tiene muy buenas relaciones políticas y comerciales con Irán, la potencia árabe.

Como Chávez es enemigo de la Iglesia Católica Apostólica y Romana a la que desprecia y ataca, ya tiene gente islámica entre los indígenas instruyéndolos en esa religión en particular a los niños. Fuerte es la versión de que también los están preparando con instrucción militar (¿acaso para ataques suicidas?).

Chávez tendría la intención de entregar Latinoamérica al Islam a través de Irán.

A su vez tiene alegría, está complacido por el triunfo electoral de Obama en EEUU, y Obama es Islámico, pro abortista y pro contranatura humana además de pro socialista.

El venezolano en apariencia es discípulo de Fidel Castro, y decimos en apariencia porque en realidad, por sus acciones y dichos, quiere quedarse como líder de la revolución cubana extendiéndola al resto de América.

Por otra parte, en base al dinero fácil del petróleo y a costillas de perjudicar a su propio pueblo y en base a la prédica del paraíso socialista que propone, ha sabido comprar las voluntades de otros presidentes (y de sus gobiernos) del continente.

Ecuador, Bolivia, Chile, Paraguay, Argentina son sus incondicionales aliados Sudamericanos.

Sobre Uruguay y Brasil nos reservamos la opinión, ya que hay aún alguna esperanza de que no se plieguen a la locura política.

Perú y Colombia no lo apoyarán por ahora y mientras continúen sus actuales gobiernos.

Sabemos que en lo que respecta a la Argentina, el venezolano, además de apoyar con dinero “dulce” al actual gobierno, habría enviado a personal de su ejército a recorrer ( reconocer) su territorio y además que habría enviado armas (que se sepa unos 12.000 fusiles que... ¿quién los tiene?, las FFAA no) y gente (¿de las FARC?), ¿para que?… ¡Adivinen! ¿Será para defender al actual gobierno nuestro? ¿Para defender el narcotráfico en Argentina?… ¿Para el definitivo asalto al poder por parte de la revolución socialista de la Argentina?, ¿será por y para eso que se desmantelaron a nuestras FFAA?

¿Será para que nuestro pueblo no tenga capacidad de reacción?, ¿será para que cuando el venezolano con las FARC, con la revolución socialista y los Islámicos invadan esta tierras con el beneplácito de nuestros gobernantes, ya tengan el terreno preparado y no haya resistencia posible?

Son solo interrogantes pero que en el fondo tienen mucho de cierto. Ya están en el país y las autoridades ya saben en que lugares.

Nuestro poder, además de ser amigo íntimo ideológicamente de: Chile, Bolivia, Cuba, Ecuador, Paraguay, Nicaragua y por supuesto de Venezuela, ponderó y se regocijó por el triunfo de Obama.

Es para desconfiar. Venezuela y Argentina felicitando a Obama. Llama a reflexionar sobre que tal vez están todos inmersos en la misma lid y de ser así, entonces sería el fin de las américas libres.

Irán: nación líder y potencia árabe e Islámica. El Islamismo, quiere tomarse revancha de occidente, es fundamentalita y enemigo acérrimo del Cristianismo. Su objetivo es ocupar España y Portugal, recuperarlas para ellos y en consecuencia, también todos los países de origen Ibérico. Y por supuesto, convertirlos al Islamismo por las buenas o por las malas.

Pero, también están los intereses de otras naciones, sobre Latinoamérica y en particular sobre nuestro país.

Por eso, hay que volver a los valores trascendentales para entender e impedir el Apocalipsis que se nos viene encima.

Y la culpa es nuestra por cobardes, corruptos, errados y pusilánimes. Y porque teniendo todo a favor lo volvimos todo en contra y/o lo perdimos, y porque pensamos que otros harían las cosas por y para nosotros.

Señores hay que atreverse a reaccionar.

En Nuestro Señor, María Reina y la patria, un abrazo.

(Escrito por uno de nuestros colaboradores.)

Asamblea de Fundación y Constitución
Movimiento Acción Restauradora

movimientoar@yahoo.com.ar

http://movimiento-accion-restauradora.blogspot.com/

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martes, 18 de noviembre de 2008

Continuamos con nuestra apreciación

La Dra Carrió, con mucha bulla, denunció al ex presidente y a varios funcionarios, muchos la escuchan y aplauden…, ella está preparando su camino para las próximas elecciones del 2009 y del 2011…pero, en caso de acceder al poder, la CC ¿hará algo distinto a esto?… ¿combatiré a la corrupción? …puede ser que, sí, algo de la corrupción económica sea combatido.

Pero la real corrupción: el aborto, las uniones homosexuales, el sexo libre, la prostitución infantil, la drogadicción y el narcotráfico, la eugenesia con seres embriones y fetos humanos, la eutanasia, la des educación y la contracultura, la subversión de los valores trascendentales, el odio y venganza arbitrarios de los derechos humanos, la delincuencia y la inseguridad social, la inseguridad jurídica, la paulatina y cada vez mayor anulación de las Fuerzas Armadas dejando al país en la indefensión, la anulación de las Fuerzas Policiales para que puedan combatir a la delincuencia y cuidar a las personas y sus bienes, a enajenación del suelo y subsuelo de la patria, las penurias económicas de los jubilados y de los pequeños y medianos productores, el trabajo en negro, lo bajos salarios, los programas de TV inmorales pervertidores y eróticos pornográficos, las publicaciones (TV, y otros medios de comunicación masivos) engañosamente tendenciosas y mentirosamente antinacionales, y etc, ¿la combatirá?.

No, no creemos que la combata, la CC persigue los mismos fines que el actual poder; solo cambiará algunas cosas en apariencia.

La CC, aliada del gran iniciador de la destrucción y de la indefensión nacional (desmalvinizador y entregador de la soberanía nacional) Alfonsín, es aliada también del actual poder; el poder actual y la CC, se cubrirán las espaldas mutuamente: Si el poder pierde las elecciones, la CC se encargará en lo posible que los salientes no sean enjuiciados, y si lo son, que sean sobreseídos. Y luego tratarán de que entre ellos haya una alternancia en el poder.

¿Lavagna?… es lo mismo que el actual poder, CC y Alfonsín.

¿Macri?… defraudó a quienes lo votaron y en lo moral, su gobierno es lo mismo que los antes mencionados.

¿El Radicalismo? salvo excepciones, está corrompido y dividido, no tiene referentes ciertos y si continúa con el criterio de Alfonsín, ¡pobre patria!

¿El peronismo? Está igual que el radicalismo, pero con la variante de tener muchos advenedizos e infiltrados que de peronismo solo tienen el nombre. Perdió, hasta y por ahora, la oportunidad

¿La izquierda? No presenta alternativas políticas viables y al final, en sus conceptos, son iguales al actual poder.

Todos los mencionados anteriormente, si no combaten a la corrupción que mencionamos en el inicio, en el segundo párrafo, nos llevarán inexorablemente al Apocalipsis argentino.

¿Los nacionales, los que tienen el ser nacional y sentimiento patriótico? En ellos está la esperanza de restaurar y recuperar a nuestra patria integralmente, siempre y cuando, no permitan que les pase lo mismo que al peronismo. Deben cuidar las filas de sus cuadros, salir y hacerse conocer más. Exponer públicamente las ideas nacionales.

Atreverse a correr el riesgo.

Ponerse en contacto con todos los iguales que hay en cada provincia y jugarse políticamente.

Y al acceder al poder, volver al país todo, hacia los valores trascendentales, cueste lo que cueste.

No hay alternativas válidas afuera de los valores morales y patrióticos..

Esta patria se fundó sobre esos valores

Hay que atreverse a arriesgar los dones sobrenaturales que por la Gracia de Dios tenemos…en el más Allá, se nos pedirá cuenta de ello.

El problema nacional e internacional, es producto de una alteración y negación de los valores trascendentales.

Si educamos al pueblo en los valores trascendentales, como el político proviene del pueblo, no habrá entonces políticos, funcionarios y periodistas corruptos ni corruptores.

Pueblo con valores, no se corrompe, y sus dirigentes tampoco.

LA DISMINUCIÓN DE LA EDAD DE IMPUTABILIDAD.

Nos parece bien, pero ello implica crear Institutos contenedores de los delincuentes juveniles, los que deben estar convenientemente separados en forma permanente, por sexos y según la edad.

No es lo mismo un delincuente de catorce años que uno de dieciséis.

Estos institutos, deben tener como responsabilidad y misión, la recuperación social integral de los delincuentes juveniles, para que al cumplir su condena , puedan reinsertarse en la sociedad transformados en ciudadanos de bien, con todo lo que ello implica.

Deben contar con especialistas en educación y cultura, formadores en los valores, educación religiosa, y acompañamiento y tratamiento médico-psiquiátrico.

Formación en deportes y en oficios. (A la par que cursar sus educación obligatoria).

Pero, hay que prever, también, todo lo relacionado con la prevención de la delincuencia infanto-juvenil.

Para empezar, si el niño/joven delinque, sus mayores responsables, son a la vez responsables de los delitos cometidos por ellos y les corresponde responder por los daños del hecho, aún con prisión, por no ejercer sus responsabilidades como adultos.

DESPENALIZACIÓN DE LA DROGADICCIÓN.

Despenalizar la drogadicción es falta de criterio ( se pretende despenalizar la drogadicción, pero en varias ciudades se pena a los fumadores en confiterías, lugares para comer y etc), el adicto es un enfermo; su adicción, además de autodestruirlo y de llevar a otros a que caigan en su vicio, lo puede llevar a cometer delitos ( y graves).

El adicto, debe ser condenado a curarse; pero para ello hay que crear Institutos de recuperación de adictos,

Para ello proponemos un sistema similar al detallado cuando escribimos sobre la Disminución de la Edad de Imputabilidad, dividiendo los pacientes en varones y mujeres, y en niños, jóvenes (según la edad) y adultos.

El niño, joven o adulto, puede dejar los Institutos de rehabilitación recién cuando el sistema médico –psiquiátrico certifique fehacientemente que el paciente está curado y asegure que no habrá posibilidades de reincidencia.

Las medidas preventivas que se proponen son: condenas a los narcotraficantes de “prisión perpetua”, sin disminución de la misma, y sin el beneficio domiciliario por la edad. El crimen en que ellos incurren, es atroz.

AHORA BIEN.

Tanto la delincuencia infanto –juvenil, como la drogadicción de niños y jóvenes, se combatiría también con la prevención de dar a los padres un trabajo digno y que les permita alimentar a su prole, darle la educación adecuada y satisfacer sus necesidades primarias básicas para vivir.

En Nuestro Señor, María Reina y la patria, un abrazo.

Asamblea de Fundación y Constitución
Movimiento Acción Restauradora
movimientoar@yahoo.com.ar

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domingo, 16 de noviembre de 2008

Nuestra apreciación de la actualidad


Se llega a considerar los vicios como si fueran virtudes, lo malo como bueno, lo chabacano grotesco erótico y pornográfico como diversión familiar, al asesino y ladrón como si fuera igual o mejor que el honrado y decente. Y mucho más.


Por el Movimiento Acción Restauradora

La situación nacional e internacional, quiérase o no, tiene el mismo origen: la confusión, distorsión y alteración de la escala de valores (nos referimos a los valores trascendentales), la que está siendo reemplazada, desde las esferas gubernamentales (con la complicidad del: poder Legislativo, poder Judicial y de los grandes medios de comunicación social), por una florida gama de antivalores sofistas disolventes de nuestra sociedad, cultura y del sentido del honor, patria y nación. Se nos están incorporando como bienes, a los antibienes, es decir, a los males.

La ambición desmedida por el poder y el capitalismo, la desmesura del consumismo, el libertinaje sexual, el erotismo y la pornografía, todos exacerbados como bienes en si mismo desde los medios de comunicación social, con la anuencia de los poderes; la dádiva de los famosos “planes”, como modo de vida; la compra de voluntades y decisiones (con dinero y/o con “aprietes”) como forma de gobernar; la constante mentira política ejecutiva, legislativa y judicial como manera de convencer al pueblo de que lo que no es verdad es verdad; la insanía moral y mental de los tres poderes, dirigentes, profesionales (de no sabemos que) y muchos periodistas que tratan de convencer de que matar nonatos no es crimen y que está bien hacerlo o de que las uniones entre el mismo sexo es bueno, natural, aceptable y válido; el mal ejemplo de robar, sea como sea, desde el poder y donde los otros dos poderes se hacen cómplices.

Todo lo escrito y muchas cosas más que son de conocimiento de todos los lectores, lleva a confundir y distorsionar todo lo relacionado con las virtudes y cualidades humanas. Incluso se llega a considerar los vicios como si fueran virtudes, lo malo como bueno, lo chabacano grotesco erótico y pornográfico como diversión familiar, al asesino y ladrón como si fuera igual o mejor que el honrado y decente. Y mucho más.

Se ha subvertido el orden moral de las cosas, desde el poder (los tres poderes) y desde los medios de comunicación social. Y tal es así que estamos confundiendo:

--Autoridad con despotismo, autoritarismo o arbitrariedad.

--Derechos: con abusos en el incumplimiento de los deberes, con el desprecio y negación de los derechos de los demás y de los derechos naturales.

--Inteligencia con especulación imaginativa para perjudicar al otro/otros y sacar ventajas propias o de grupos radicalizados.

--Prudencia con pusilanimidad, cobardía y especulación.

--Justicia con revancha, desquite con exacerbación del odio, con injusticias premeditadas.

--Fortaleza con intemperancia y despiadada osadía.

--Templanza con fracaso, con tontera y se la rechaza.

--Hombre de bien con el pillo que indebidamente se enriquece o con el mal dirigente o el mal funcionario y/o político.

--Verdad, con la mentira sofista.

--Libertad, con libertinaje.

--Reestructuración y modernización de las Fuerzas Armadas con su destrucción orgánica y disminución operacional a la más mínima expresión.

--Derechos humanos, con humillación, ofensa y degradación de sectores mayoritarios e instituciones fundamentales de la patria.

--Amplitud de criterio o pensamiento evolucionado, con corrupción intelectual y moral.

--Y mucho más.

La ambición de poder y de dinero por parte del poder mismo, prostituyó a la política nacional, a sus funcionarios y dirigentes, a las funciones legislativas y judiciales; el gran corruptor, el gran pederasta político es el mismo aparato del poder con sus aliados de los medios de comunicación y los miembros de cierta oposición que solo es oposición en apariencia, porque en el fondo son lo mismo y ambos se cubrirán las espaldas.

La democracia ha sido convertida en un “cambalache” de concepciones ideológicas equívocas y corruptas sobre lo que es la política. El sistema democrático fue, dogmática y antinaturalmente, elevado por encima de la patria, nación y sus instituciones madres.

Este es uno de los principales errores ya que el sistema debe estar subordinado a la patria y a sus instituciones fundadoras, el sistema debe ser subalterno y subordinado a los grandes intereses nacionales. Cuando el sistema se eleva más allá, se transforma en “fundamentalista”, en despótico y tiránico y entonces viene la “hecatombe”.

Sobre la Argentina viene un Apocalipsis; o los políticos, dirigentes y formadores de opinión recapacitan y vuelven a la senda del bien y el pueblo también, o la Argentina se desintegra. No hay otra alternativa para lo que estamos viviendo: volver a la senda del bien o el desastre nacional y social.

En estos momentos tenemos:

-el problema planteado con las AFJP que es un robo legal, legal pero ilícito;

- la crisis financiera nacional e internacional, producto de la corrupción financiera nacional e internacional;

- el presidente electo de los EEUU, que guste o no, representa un cierto peligro para toda América y el mundo;

-los apresamientos, juicios y condenas a los militares, aún en contra de lo que dicta la Constitución Nacional y los Derechos Humanos;

-la inseguridad.

-la bulla desatada por la denuncia de la Dra Carrió.

Y otros temas más, que tienen atrapada a la opinión y atención públicas, para esconder u ocultar algo que se pretende que pase desapercibido o como mal menor.

¿Que es lo que se tapa?

-que las arcas están casi vacías.

-que se malgastó el dinero de los argentinos.

-que no hay inversiones y que está cayendo la producción.

-que la patria está en la indefensión, por estar minimizado su aparato defensivo.

-que las Fuerzas de Seguridad y Policiales tienen las manos “atadas” y no pueden luchar contra el delito y no pueden brindar el adecuado y efectivo cuidado a la seguridad y bienes de las personas.

-que se han cometido delitos políticos por parte de los tres poderes

-y lo peor y más grave:

---el ataque sistemático a la Iglesia Católica Apostólica y Romana, fundadora de esta patria;

---el avance para justificar y despenalizar el abominable crimen del aborto;

---el avance para justificar, avalar e igualar con lo natural las perversas uniones homosexuales.

--- estos tres últimos puntos, llevan a la corrupción social y a que disminuya considerablemente, y con el tiempo desaparezca, la población en la Argentina.

---en el problema con el agro no se avanzó substancialmente en nada positivo, y no se avanzará, porque el poder quiere que los pequeños y medianos productores sean asfixiados hasta que se vean obligados a vender sus tierras a bajos costos. Y esas tierras sean adquiridas a precio irrisorio por extranjeros (israelíes y europeos -que dicho sea de paso ya compraron tierras aquí y al parecer también en Brasil-) para plantar la famosa “jatrofa” (de origen africano y muy buena productora de aceite para fabricar biodiesel). La Argentina se quedaría sin la producción de carnes, lácteos, granos, frutas y etc., relegaría toda nuestra producción actual para la plantación del mencionado vegetal cuyo producido no se procesará aquí y nuestra ganancia será la mínima. ¿De que se alimentará nuestra gente?… Pues… ahora entendemos por que desde el poder (los tres poderes) se trata de que no nazcan hijos en esta tierra, de que disminuya la población y que no haya quien la defienda.

Las oscuras y perversas fuerzas del “poder oculto” que maneja a las grandes potencias tienen mucha apetencia de tierras vacías de ocupantes y defensores, para proveerse ellas (y su gente) de materia prima, agua y alimentos. Lamentablemente por dinero tenemos enquistados en nuestra sociedad, los tres poderes y entre los comunicadores, a los “cipayos” que todo lo están entregando.

Escribió Carlos Obligado, en el libro “Patria”:

“Mas, ved que el campo es de aluvión, e inmenso,
Y el cardo amaga entre la mies fecunda,
Y en este mundo, a la abyección propenso.
¡Oro socava lo que acero funda!”


El poeta tenía razón: el enemigo (el cardo), siempre estuvo al acecho, y nosotros por confiados, no lo creímos (que estúpidos fuimos y más estúpidos, los que actualmente no se dan cuenta, por no entender padecen de tozudez equina) y luego los abyectos planes disociadores, divisionistas y disolventes de nuestra sociedad, patria y nación, con el demoníaco poder del “oro”, dinero, están enajenando, destrozando, subvirtiendo y socavando lo que la espada, en su oportunidad, fundó.

Asamblea de Fundación y Constitución
Movimiento Acción Restauradora


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jueves, 13 de noviembre de 2008

El compromiso político en una sociedad laica

¿En estas condiciones que es lo que está en juego en el compromiso de los cristianos en política? ¿Que puede hacer un católico cuya conciencia es "una", y no puede ser separada, entre, por un lado la conciencia moral y por el otro la conciencia política, o entre «dos vida paralelas, una espiritual y otra secular»?

Por Thierry Boutet*

La esfera política ha subvertido a la esfera religiosa por razones históricas y culturales. Esa subversión ha tomado la forma de una religión civil. Para un cristiano, la cuestión que se plantea es la siguiente: ¿cómo comprometerse en política sin ofrecer sacrificios a los dioses de la Modernidad? He aquí el texto de la comunicación de Thierry Boutet al seminario internacional « La política, una forma exigente de la caridad », organizado en Roma por el Consejo pontifical Justicia y Paz, el 20 y 21 de junio de 2008. Esta comunicación ha sido dada bajo el título: «Esfera religiosa, esfera política y principio de laicidad»

La cultura ambiente, particularmente en Francia, no es favorable al cristiano que desea comprometerse en política. A pesar de las exhortaciones de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, muchos tienen la tentación de dejar la vida política para no exponer su fe y sus convicciones a los azares de un combate y de una sociedad que ampliamente les rechazan.

Recordemos lo que escribía Juan Pablo II en su exhortación Christi fideles laici:
Los laicos fieles no pueden de ningún modo renunciar a la participación en la "política", a saber, en la acción multiforme, económica, social, legislativa, administrativa y cultural, que tiene por objeto promover, orgánicamente y a través de las instituciones, el bien común. Los Padres del Sínodo lo afirmaron repetidas veces: todos y cada uno tienen el derecho y el deber de participar en política; esta participación puede tomar gran diversidad y complementariedad de formas, de niveles, de tareas y de responsabilidades. Las acusaciones de arribismo, de idolatría del poder, del egoísmo y de corrupción, que muy a menudo son lanzadas contra los hombres del gobierno, del parlamento, de la clase dominante, los partidos políticos, como también la opinión bastante difundida que la política necesariamente es un lugar de peligro moral, todo esto no justifica para nada el escepticismo ni el ausentismo de los cristianos de la cosa pública (n. 42).

Otros, a pesar de las limitaciones, se comprometen a la acción política pero sin atreverse a afirmar sus convicciones. Para unos, se trata de una posición de principio: la distinción weberiana entre la «ética de la responsabilidad» y la «ética de la convicción» les provee de un argumento práctico para justificar las posiciones tomadas sin referencia a sus propias convicciones religiosas. Para otros, por fin, es solamente un asunto de comodidad y de circunstancia, al ir en la dirección de su oportunismo este relativismo de principios.

Sea lo que sea, es difícil, en Francia, estar etiquetado como "católico" y hacer política. Nuestra sociedad no aprecia que uno invoque su fe en la esfera de los asuntos públicos. Bajo el nombre de laicidad, tolera las convicciones religiosas bajo reserva que no se inmiscuyan en la acción política. ¿Es posible en estas condiciones reconciliar las esferas de lo religioso y de lo político? La cultura dominante en Francia encuentra la cuestión inapropiada y responde que no.

Desde hace doscientos años en Francia, la esfera política delimitó su perímetro acantonando lo religioso a la esfera de la vida privada y de la familia. Mirando la cuestión más de cerca, las fronteras no son tan estancas. La ley de 1905 es una ley de compromiso. Su artículo 1 afirma que « la República asegura la libertad de conciencia. Garantiza el ejercicio libre de los cultos bajo las solas restricciones promulgadas a continuación, en interés del orden público ». En cuanto a su artículo 2 prevé que « la República no reconoce, ni atribuye salarios ni subvenciona a ningún culto ». Si bien el artículo 1 es aplicado, el segundo sufre numerosas excepciones, directas o indirectas, a mayor beneficio de la Iglesia. La República francesa mantiene las iglesias, subvenciona la enseñanza católica y retribuye a los capellanes de prisión y los capellanes militares. Las asociaciones litúrgicas gozan de numerosas ventajas fiscales y muy a menudo de la benevolencia del fisco. La República francesa es laica, pero es finalmente bastante buena madre para la Iglesia.

Existe en Francia una corriente laicista pero es minoritaria. Mientras no se toque a los símbolos, como lo hizo Nicolás Sarkozy, las relaciones entre la Iglesia y los poderes públicos globalmente son buenas. Esta situación explica la prudencia del episcopado sobre este asunto. Nadie desea, ni tiene interés, en reabrir disputas que datan de otro siglo.

Pero esta paz aparente favorece la supresión de lo religioso. El político tiene cada vez más tendencia a ocupar el espacio dejado libre por las religiones, a decir en su lugar lo que está bien y mal, y fija normas en esferas que no son de su competencia. En efecto, el progreso técnico, la evolución de las costumbres, conducen al político a legislar en materia ética en asuntos conexos con lo religioso. Si desde hace tiempo, el Estado moderno salió de estas prerrogativas de regalía para invadir el dominio de la economía y de la social, hoy tiende a intervenir cada vez más en el terreno de la ética y de los comportamientos privados. Es arrastrado allí por una suerte de pendiente natural que valora los principios por los cuales, bajo el nombre de laicidad, justifica y funda en lo sucesivo su autoridad.

Si la Iglesia de Francia, en el curso de la historia, pudo pecar por clericalismo, estos tiempos se han cumplido ampliamente. ¿Es posible revertir esta tendencia hegemónica que procede de un laicismo tan peligroso como pudo serlo el clericalismo, sin cuestionar la autonomía legítima de la política en su orden, que podemos llamar de sana laicidad?

Es ese proceso lo que deseo evocar rápidamente, antes de examinar brevemente la postura que puede ser la de los católicos hoy, en la línea de la Nota doctrinal sobre el empeño y el comportamiento de los católicos en la vida política, firmada el 24 de noviembre de 2002 por el cardenal José Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe.


Lo religioso precede a lo político

Lo religioso precede a lo político, pero también lo precede antropológicamente y antológicamente.

El hombre pensó en Dios inclusive antes que las ciudades existieran. El interrogante religioso es muy anterior al interrogante político. El hombre es un animal religioso antes de ser un animal político. La búsqueda de sentido, la búsqueda religiosa, el instinto religioso le son connaturales. Así como lo observó muy bien Nicolás Sarkozy, el político no tiene como vocación responder a esta búsqueda. Qué esta observación de sentido común hubiera podido chocar a algunos es revelador del desplazamiento que operó la Modernidad política, y la pretensión de la política en invadir lo que se puede llamar muy generalmente la esfera de los valores o de las representaciones religiosas.

En el principio entonces, la autoridad procede de lo religioso. La ciudad se constituye alrededor de los dioses de una familia o de un clan más poderoso que otros, y la política aparece como hija de la religión y de la metafísica. Todas las palabras del lenguaje político que todavía utilizamos, nacieron en Grecia en un contexto religioso, nos han sido transmitidas por Roma y han sido bautizadas por los padres y los grandes doctores de la Iglesia.

Pero como se sabe, una revolución cultural rompió este lazo. El académico francés Pablo Hazard (1878-1944) pone fecha a esta ruptura a finales del siglo XVII, en el prefacio con el que abre su ensayo sobre la crisis de la conciencia europea: "¡Qué contraste! ¡Qué brusco pasaje! La jerarquía, la disciplina, el orden que la autoridad se encarga de asegurar, los dogmas que regulan firmemente la vida: he aquí lo que les gustaba a los hombres del siglo decimoséptimo. Las coacciones, la autoridad, los dogmas, he aquí lo que detestan sus sucesores inmediatos, los hombres del siglo decimoctavo. Los primeros son cristianos, y los otros anticristianos; los primeros creen en el derecho divino, y los otros en el derecho natural; los primeros viven con facilidad en una sociedad que se divide en clases desiguales, los segundos no sueñan sino es con la igualdad. Por cierto, los hijos enredan de buena gana a los padres, imaginándose que van a rehacer a un mundo que les esperaba sólo para volverse mejor: pero los remolinos que agitan las sucesivas generaciones no bastan para explicar un cambio tan rápido y tan decisivo. La mayoría de los franceses pensaba como Bossuet; de pronto, los franceses piensan como Voltaire: es una revolución [1].


La revolución de la secularización

Esta revolución es a menudo descrita como un proceso de secularización. El término es reciente. Aparece en la filosofía política alemana del siglo XX, particularmente en Carl Schmitt, para describir el retroceso de la influencia de la religión en la vida pública. Pero el sentido del término y el fenómeno son muy anteriores.

En cierto sentido san Pablo ya lo evoca cuando escribe en la epístola a los romanos: "Los exhorto pues hermanos por la misericordia de Dios a ofrecer sus personas como una hostia viva y santa, agradable a Dios: ese es el culto espiritual que tienen que brindar. Y no se amolden al mundo presente [literalmente al "siglo" -sæculum en la Vulgata], sino que la renovación de vuestro juicio los transforme y los haga discernir acerca de cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le gusta, lo que es perfecto (Ro 12, 1-2)."

Con relación a la cuestión que nos ocupa, este pequeño texto proyecta una luz muy cruda sobre la situación del hombre contemporáneo y podría ser objeto de un largo comentario. Si se sigue a san Pablo, la secularización consiste positivamente en « modelar nuestro juicio a partir del mundo (sæculum) ». Es pues lo contrario exacto de la santificación por la cual nuestro espíritu y todo nuestro ser están vitalmente unidos a Dios.

Una sociedad secularizada es una sociedad en la cual el siglo se ha convertido en el horizonte, donde el hombre se ha hecho la medida de todas las cosas y que no tiene más como fin último su santificación, sino su seguridad y su prosperidad. Mucho más tarde, Augusto Compte escribirá (en Ve Opúsculo de filosofía social): «todo es relativo al tiempo; he aquí el único principio absoluto. » O todavía: «todo lo que se desarrolla espontáneamente es necesariamente legítimo durante cierto tiempo, como satisfaciendo por esta misma razón alguna necesidad de la sociedad.»

En oposición de toda concepción trans histórica del destino del hombre, o en oposición de toda esperanza teologal cuyo horizonte es la santificación, el historicismo, el relativismo, el materialismo práctico son pues inherentes a la secularización.

La secularización es una concepción de la libertad

Desde el punto de vista político, las primicias de esta revolución pueden ser observadas desde la Edad media en Guillermo de Occam, y consiste en una primera ruptura entre la fe y la razón. En el contexto muy particular de una doble disputa, una sobre los universales, y la otra entre el papado y el emperador de Alemania, Occam plantea el principio que Dios es tan poderoso como para que una cosa que sea pueda no ser. Con él, el poder de Dios deja de ser ordenado por su sabiduría. Así Occam hace volar implícitamente en pedazos el principio de no contradicción, y afirma el primado absoluto del poder de la voluntad sobre la sabiduría y la razón.

Volviendo arbitrario el poder de Dios, este principio va a sumergir por etapas el pensamiento político clásico en el universo de la Modernidad. La autoridad no depende más de una orden de sabiduría al cual se somete libremente. Poco a poco la función del soberano no va a consistir más en "dictar" una ley que, según san Pablo, nos permite «discernir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le gusta, lo que es perfecto».

En lo sucesivo, el soberano "hará" la ley, en cierta manera ex nihilo. ¿Si el soberano del universo, modelo de toda autoridad, no está forzado más por nada, por qué los soberanos de la Tierra lo estarían en un espacio y el tiempo que les es propio? ¿Si los actos de Dios surgen del "fait du prince", por qué los pequeños príncipes de la Tierra, cuyo poder es sólo una delegación del soberano del universo, no actuarían en su pequeña esfera del mismo modo?

En Francia, el primer teórico que saca las consecuencias políticas de la revolución de Occam es Juan Bodin. Pertenece al Partido de los políticos. En plena guerra de Religión, éstos buscan con coraje permanecer neutrales. Cuatro años después de la Noche de San Bartolomé, en 1576, Bodin publica los seis gruesos tomos de La Política, que son actualmente poco leídos, y mucho menos aún que el Príncipe de Maquiavelo o el Leviatán de Hobbes. Sin embargo el primero que teoriza sobre los fundamentos del Estado secular moderno es Bodin.

Define la soberanía «como el poder absoluto y perpetuo de la república». Y eso es todo. El soberano es en su territorio eficiencia pura. En su definición excluye toda finalidad. En estas condiciones, el príncipe –como el Dios de Occam– puede dictar y romper la ley como bien le parezca, sin otro motivos que los que el se dicte a si mismo. «Porque tal es mi placer, dice el rey». Es un rey absoluto, es decir "absuelto" del poder de la ley que él mismo dicta.

Esta idea de una soberanía absoluta de la que van a apoderarse los teóricos de fines del Ancien Régime francés, libera al soberano de los límites feudales que todavía quedan y de toda pretensión del poder pontifical respecto del terreno político. Pero es también la raíz trascendental del poder lo que salta en pedazos con Bodin. Así, jamás hay que olvidar que es bajo el Ancien Régime que nace la concepción moderna del Estado. Cuando sobreviene la Revolución, la monarquía cristiana ya ha cesado de existir en sus fundamentos.


Una revolución que no es solamente política

Pero la revolución de Occam no se aplica solamente al soberano. Se aplica a todo hombre. Con Hobbes, la libertad deja de ser una cualidad de la voluntad sometida a la razón; ella misma se hace una fuerza pura, autónoma, incondicional, una capacidad de querer por si misma sin límites. Es puro poder sin normas externas. Kant, a continuación, nos lo dice en un pequeño ensayo titulado ¿Que son que las luces?

Las luces, responde, es la salida del hombre fuera del estado de tutela del cual es responsable él mismo. El estado de tutela es la incapacidad de servirse de su entendimiento sin la conducta de otros. Uno mismo es responsable de esta tutela cuando la causa no radica en una insuficiencia de la resolución y del coraje de servirse de ellas sin la conducta de otros. ¡Saper auder! ¡Ten el coraje de servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de las Luces.

La Revolución francesa no hará sino dar un marco institucional y político a la secularización triunfante liberando a Francia de todos los frenos que todavía limitaban a los soberanos del Ancien Régime. Como le escribe Mirabeau a Luis XVI el 9 de julio de 1790: «la idea de formar sólo una clase le habría gustado a Richelieu, esa superficie toda igual facilita el ejercicio del poder». En lo sucesivo, el divorcio entre la esfera religiosa y la esfera política se ha consumado en provecho de política, que se reviste de atributos divinos.

Quedan de eso dos consecuencias que numerosos autores describieron:

1/El soberano adquiere un poder que jamás había tenido antes.

Así, dice Benjamin Constant, en La Libertad en los Modernos:


"El error de los que, de buena fe, en su amor por la libertad, concedieron a la soberanía del pueblo un poder ilimitado, surje de la manera en la que se formaron sus ideas en política. Vieron en la historia a un pequeño número de hombres, o hasta uno solo en posesión de un poder inmenso que hacía mucho mal, pero su furia se dirigió contra los poseedores del poder y no contra el mismo poder. En lugar de destruirlo, ellos no soñaron sino en desplazarlo. Era una plaga, y ellos la consideraron como una conquista [2]".

Lo mismo escribe Alexis de Tocqueville en La Democracia en América:

"Desembarazándose de la fe en nombre de la autonomía absoluta de la razón humana los hombres del siglo XVIII dieron al poder temporal un poder que jamás había tenido. Los revolucionarios no debilitaron al soberano, lo liberaron de todas las tutelas que frenaban su poder".

Y Bertrand de Jouvenel en Sobre el poder:

"Una vez que el hombre se ha declarado la medida de todas las cosas, no hay más verdaderamente ni bien, ni justo, ni injusto, sino solamente opiniones iguales en derecho, con lo cual el conflicto no puede ser resuelto de otra manera que por la fuerza política o militar; y cada fuerza triunfante entroniza a su vez una verdad, un bien, una justicia que durarán tanto como ella".

"La comunidad de creencias era un factor poderoso de cohesión social, que sostenía las instituciones y mantenía las costumbres. Aseguraba un orden social, complemento y soporte del orden político, y su existencia manifestada por la autonomía y la santidad del derecho liberaba al poder de una responsabilidad inmensa y le oponía una muralla infranqueable".

Y confirma también Jouvenel, que:

"Esta verdad es capital porque un poder, cualquiera que sea su forma, que define el bien y lo justo es absoluto de muy distinto modo que un poder que encuentra lo justo y el bien definidos por una autoridad sobrenatural. ¿Un poder que amolda las conductas humanas según las nociones de utilidad social es absoluto de muy distinto modo que un poder que rige a hombres cuyas conductas son construidas por Dios? Y sentimos aquí que la negación de la legislación divina, que el establecimiento de una legislación humana son el paso más prodigioso que una sociedad pueda dar hacia el absolutismo del poder [3]".


2/Asistimos a una suerte de sacralización secular de la política.

Así para Tocqueville, la Revolución francesa obró como una revolución religiosa:

"Encendió una pasión que hasta entonces las revoluciones políticas más violentas no habían podido producir. Inspiró el proselitismo y hace nacer la propaganda. Por ahí por fin pudo tomar ese aire de revolución religiosa que espantó tanto a los contemporáneos; o más bien ella misma se hizo una suerte de religión imperfecta, en verdad sin Dios, sin culto, y sin otra vida, pero que sin embargo inundó toda la tierra con sus soldados sus apóstoles y sus mártires, como el islamismo [4].

Y Francisco Furet comprueba: "La paradoja de la historia moderna de Francia consiste en no encontrar el espíritu del cristianismo sino a través de la democracia revolucionaria". O también: "La Revolución francesa renueva la palabra religiosa sin acceder jamás a lo religioso. Los franceses divinizaron la libertad y la igualdad moderna sin dar a los principios nuevos otros aportes que la aventura histórica de un pueblo que permaneció católico [5]. »

Van pues a enfrentarse dos concepciones de la laicidad fundadas sobre dos concepciones de la libertad.

Por una parte, la Iglesia: «para la doctrina moral católica, la laicidad es comprendida como una autonomía de la esfera civil y política con relación a la esfera religiosa y eclesiástica — pero no con relación a la esfera moral» escribe al cardenal Ratzinger en su Nota de 2002. Y añade: "La "laicidad", en efecto, designa en primer lugar la actitud del que respeta las verdades que proceden del conocimiento natural sobre el hombre que vive en sociedad. Poca importancia tiene que estas verdades sean enseñadas también por tal o tal religión particular ya que la verdad es una» (n. 6).

Por otra parte la Modernidad política: para ésta, como escribe Santiago Rollet en La Tentación relativista o la Democracia en peligro (DDB, 2007), la laicidad se hizo « una concepción cierta de la libertad política a la cual se asigna la tarea de librar al género humano de las cadenas del cielo [6]».


El compromiso político cristiano

¿En estas condiciones que es lo que está en juego en el compromiso de los cristianos en política? ¿Que puede hacer un católico cuya conciencia es "una", y no puede ser separada, entre, por un lado la conciencia moral y por el otro la conciencia política, o entre «dos vida paralelas, una espiritual y otra secular»?

La primera condición me parece, es estar convencido que, como lo escribe también el cardenal Ratzinger, que «los ciudadanos católicos tienen el derecho y el deber, como todos los demás, de buscar sinceramente la verdad, de promover y de defender las verdades morales sobre la vida social, la justicia, la libertad, el respeto de la vida y otros derechos de la persona, por todos los medios lícitos» (Nota, n. 6). Lo que está lejos de ser actualmente el caso en nuestras sociedades.

No se trata desde luego de hacer idénticas la ley religiosa y la ley civil: «la fe jamás pretendió encajar en un esquema rígido los contenidos político-sociales» escribe también el ex prefecto de Congregación para la doctrina de la fe. Pero existe como una gramática de la humanidad. Cada mismo hombre tiene, en el fondo de si mismo el sentido del bien y del mal. El Decálogo no hace sino formular las grandes reglas, que se enuncian en un conjunto de preceptos universales negativos y positivos: «no matarás, no robarás, honrarás a tu padre y tu madre, santificarás el nombre de Dios, etc. ». A esta gramática, la Iglesia no la inventó. La recibió como un depósito.

¡Escribiendo su historia larga, la humanidad no supo siempre respetar esta regla de vida!. Pero una cosa es cometer faltas de gramática, y otra cosa es negar toda gramática o dejarla a la arbitrariedad de cada uno.

En múltiples ocasiones, Juan Pablo II mostró hasta que punto esta gramática no podía depender de una mayoría de opinión. En la encíclica Evangelium vitæ, escribe:

En realidad, la democracia no puede ser elevada al nivel de un mito, hasta el punto de convertirse en un sustituto de la moralidad o de ser la panacea de la inmoralidad. Fundamentalmente, es un "sistema" y, como tal, un instrumento y no un fin. Su carácter "moral" no es automático, sino que depende de la conformidad con la ley moral, a la cual la democracia debe estar sometida como todo comportamiento humano: depende pues de la moralidad de los fines perseguidos y de los medios utilizados. Si se observa hoy un consenso casi universal sobre el valor de la democracia, hay que considerar a esto como un "signo de los tiempos" positivo, como el Magisterio de la Iglesia lo ha subrayado muchas veces. Pero el valor de la democracia se mantiene o desaparece con arreglo a los valores que encarna y promueve: Son ciertamente fundamentales e indispensables la dignidad de toda persona humana, el respeto de sus derechos intangibles e inalienables, así como el reconocimiento del "bien común" como fin y como criterio regulador de la vida política.

El fundamento de estos valores no puede encontrarse en "mayorías" provisionales y fluctuantes de opinión, sino solamente en el reconocimiento de una ley moral objetiva que, como "ley natural" inscrita en el corazón del hombre, es una referencia normativa para la misma ley civil. Cuando, a causa de un oscurecimiento trágico de la conciencia colectiva, el escepticismo viniera a poner en duda hasta los principios fundamentales de la ley moral, es el sistema democrático el que sería quebrantado en sus fundamentos, quedando reducido a un mecanismo simple de regulación empírica de intereses diversos y opuestos (n. 70).

El político sólo puede recibir y respetar esta regla de oro, como la Iglesia. El católico no tiene que tener vergüenza de poner en causa a la democracia en la medida en que ésta se aleje de esta regla. Esta actitud no es confesionalismo.

Podría serlo, si los cristianos no evitaran la tentación siempre posible de instrumentalizar la religión en provecho de un proyecto humano. Ciertos católicos franceses del siglo XIX y del último siglo que tenían la nostalgia de lo que creían que había sido el Ancien Régime, pudieron ceder a esa tentación, soñando con una cristiandad mítica. Esta tentación, hasta inspirada por motivos religiosos, es la de la Babel, el mito de la ciudad humana perfecta. Las ideologías del siglo XIX y del siglo XX y el islamismo actual testimonian el peligro de tales utopías. El trono y el altar pueden aparecer yendo codo con codo cuando en realidad la inspiración es sólo humana y secular.

Me inquieto siempre cuando oigo a alguien, inclusive a un católico, decir que se bate en política por las ideas o por una forma de régimen. No tenemos modelo de sociedad que proponer, aunque fuera este religioso. Esto es lo que nos distingue fundamentalmente del Islam. La Iglesia en el curso de los siglos sostuvo muchas formas de organización política, a ninguna le dio un carácter absoluto.

No entramos en política para construir una sociedad perfecta a nuestros ojos, y para imponerla a través de la persuasión o por la fuerza a nuestros conciudadanos, sino para poner en ejecución el mandato del amor [7]. Sólo la puesta en ejecución del mandato del amor puede subvertir la subversión religiosa operada por la Modernidad política. Este mandato supone evidentemente respetar la gramática profunda de la humanidad. No significa imponer a otros el plan "de la casa".

La actitud justa me parece que consiste pues en esto: nuestra fe nos conduce a querer a todos los hombres. Nos invita a estar atentos a lo que son y a respetar a su respecto cierto código de conducta que resume el mandato del amor: «amaos los unos a los otros como yo los he amado». No estamos aquí para "convertir", sino para evangelizar, enseñar, alumbrar y amar. La Revelación no nos provee el modelo de la ciudad ideal, que existe sólo en el cielo. Nosotros solo estamos en el camino.

¿Aunque estos caminos nos aparecen a veces atravesándose, no nos conducen todos a Roma?


*Thierry Boutet es presidente del comité editorial de la revista Libertad política, publicó El Empeño de los cristianos en política (Privat, 2007). (traducido al español por Pablo López Herrera) - http://www.libertepolitique.com/public/decryptage/article-2254-L%92engagement-politique-dans-une-societe-laique.html

Notas:
[1] La Crisis de la conciencia europea, Partis, Boivin et Cie, 1935, préface.
[2] De la libertad de Antiguos comparada con la de los Modernos, 1819.
[3] Del Poder. Historia natural de su crecimiento, Éditions du cheval ailé, Genève, 1945.
[4] El Antiguo Régimen y la Revolución, III.
[5] Francisco Furet, « La idea francesa de la revolución », El debate n ° 96, septiembre-octubre de 1997.
[6] Santiago Rollet, La Tentación relativista o la Democracia en peligro, Desclée de Brower, Paris, 2007, p. 118..
[7] Así como lo sugiere el título de este seminario.


Un aporte de Pablo López Herrera